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PROCESO

1.- PRIMEROS ESBOZOS

Se presenta el proceso de "bocetaje", desde los primeros esbozos hasta la ampliación de los bocetos definitivos sobre tela.


TÍTULOS DE LAS OBRAS Y SUS TEMAS:


1.- “AGUATERO”                                               Proveedor de agua (Retaguardia).

2.- “PICANERO”                                      – Auxiliar de Milicias, con picana.

3.- “LACEADOR”  o “LACERO”          – Auxiliar de Milicias o Jinete de Montoneras.

4.- “AUXILIAR DE RANCHO”               – Retaguardia (Cocinerías).

5.- “HONDERO”                                       – Jinete de Montoneras, con honda.

6.- “CORVERO” (“CUCHILLERO”)     – Montonero de a pié, con “corvo”.

7.- “PEWENCHE”                                    Auxiliar de Milicias, con armas rudimentarias.

8.- “HACHERO” o “LEÑADOR”           – Retaguardia. Montonero de a pié, con hacha.

9.- “AUXILIAR DE ENFERMERÍA”      – Retaguardia (Enfermería). Hospitales de campaña

10.- “AUXILIAR DE LIMPIEZA”            – Retaguardia. Encargada del aseo en campaña.


1.- “AGUATERO” 


Los “aguateros” eran comerciantes ambulantes de la Colonia, encargados de llevar agua a las casas de las villas y poblados. Extraían  este elemento de grandes pozos o directamente de los ríos, purificándolo mediante filtros de arena y guardado en barriles dentro de galpones, en sus casas, desde donde, montados en mulas, recorrían las calles pregonando su mercadería, al grito de... ¡Llegó el Aguatero, tero, tero…!  u  otros similares, siempre tratando de buscar una rima.
Algunos realizaban todas las faenas, desde el acarreo del agua, la limpieza o purificación, el almacenamiento y la distribución, pero los “aguateros” más poderosos poseían varias mulas y, por lo tanto, tenían personal repartidor a su servicio, en condición de “oficiales”. Bajo las órdenes de aquel trabajaban también varios “aprendices”, llevando a cabo las faenas mas pesadas.
Al iniciarse las primeras batallas de la “Patria Vieja”, hubo “aguateros” que se pusieron al servicio de la causa emancipacionista, integrando la retaguardia de los ejércitos, junto a los (as) demás auxiliares en campaña; durante la marcha, transportaban el agua para las tropas y todo cuanto fuese menester, aprovechando las paradas y el erección  de campamentos junto a los ríos para abastecerse.


2.- “PICANERO”

Los “picaneros” eran vaqueros de las estancias al servicio de los ganaderos de la Zona Central de Chile. Separaban las reses, según sexo, edad o desarrollo, para la “engorda” o la reproducción. Los “novillos” podían ser seleccionados para ser “faenados” (como alimento), castrados (como bestias de carga), o dejados como “sementales” (toros), con cuidados y alimentación especiales.
Su herramienta de trabajo consistía en una pértiga de madera con punta metálica, para “picar” los animales y separarlos con más facilidad, la que también servía para azuzar las yuntas de bueyes en
Durante las campañas guerreras numerosos en “picaneros” fueron movilizados para integrar la retaguardia, con el propósito de “arrear” el ganado que servía de alimento a las tropas y para conducir las carretas con suministros alimenticios, cañones, municiones, material para erigir los campamentos o traer piedras, tierra, ramas y troncos para armar las trincheras y parapetos, etc. La “picana” podía también ser usada como lanza, en caso de peligro.


3.- “LACEADOR”  o “LACERO”


Los “laceros” eran también trabajadores de las estancias al servicio de los ganaderos de la Zona Central de Chile. Su labor consistía en apartar un ejemplar vacuno o caballar, sin necesidad de movilizar a todo el ganado. Eran hábiles en el manejo del lazo, lo que exigía una práctica permanente.
Muchos de ellos fueron además domadores” de caballos, pero también se dedicaban a “lacear” animales enfermos o sanos, para ser “sacrificados”, castrados o vendidos.
Los “laceros” fueron reclutados en las campañas guerreras para integrar la retaguardia, pero también fueron auxiliares de las avanzadas de vanguardia, para despojar al enemigo de parte de su  ganado, robar caballos y cañones, derribar centinelas desde sus atalayas y “lacear” las cabezas y las patas de los caballos de las avanzadas enemigas o directamente a los soldados de las caballerías.

4.- “HONDERO” 
                                             
Después del “Desastre de Rancagua”, milicianos y auxiliares, que no pudieron emigrar a Mendoza, debieron permanecer en Chile ocultos, eludiendo la delación y las redadas. Ellos integraron las “Montoneras” de Manuel Rodríguez y sus colaboradores, a los que se sumaron “huasos” de las haciendas.
Sólo los que habían logrado conservar algunas armas, usadas en las batallas o arrebatadas a los enemigos heridos o muertos, estaban en condiciones de enfrentarse con éxito a los soldados absolutistas.  Sin embargo, el factor sorpresa y el ingenio suplieron con creces la inferioridad y la desproporción logística.
Los “honderos” lanzaban piedras, por lo general cantos rodados de río, con precisión y destreza. En la “Toma de Melipilla” y la “Toma de San Fernando”, organizadas por  Manuel Rodríguez, así como en la “Toma de Talca”, dirigida por Ramón Freire, las piedras dieron gran protagonismo a estos “montoneros, provocando un ruido ensordecedor.


                        5.- “AUXILIAR DE RANCHO”                    

En la retaguardia de los ejércitos  había gran número de mujeres que acompañaban a las tropas. Se trataba de las esposas, hermanas, madres, hijas o novias de los hombres movilizados, mayoritariamente peones o inquilinos de las estancias. Estas mujeres servían como auxiliares para múltiples faenas.
Las “auxiliares de rancho” trabajaban en las “cocinerías” para alimentar a los guerreros. No hay antecedentes que demuestren su presencia en los campamentos, pero sí en las casas que sirvieron para acuartelar los contingentes.
Por lo común, se trataba de afro-descendientes, cuyas madres y abuelas estuvieron destinadas a las cocinas de las casas patronales, en las haciendas. La poesía popular y el cantar campesino se refieren, por lo común,  a estas laboriosas mujeres, a través de un trato cariñoso, con frases como: “Negrita del alma…”, “Negrita mía…”, “Mi mulatita…”, “Morenitay…”, “Mi morenita…”, “Mi cholita…”, “Zambita mía…”, “Zambitay…”, “Mi chinita…”, “Chinita mía…”, “…Mi guachita…”, etc.


        6.- “CORVERO” (“CUCHILLERO”)      

Los “corveros” o “cuchilleros”, eran montoneros de a pié, hábiles en el manejo del “corvo”, puñal afilado de hierro con mango de madera o de cacho de buey, muy eficaz en la lucha cuerpo a cuerpo.
Varios soldados del batallón “Talavera” fueron apedreados y apuñalados entre 1814-1817, sin conocerse sus identidades, pues se dice fueron lanzados al río Mapocho.
Un gran número de milicianos dispersos y fugitivos, después de batallas adversas, especialmente el “Desastre de Rancagua”, se refugiaron en las pre-cordilleras, de la Costa (Chancón, Alhué, Lonquén, etc.) y de Los Andes (Cajones del Maipo, del Cachapoal, del Tinguiririca, etc.), dedicados al pillaje, como única alternativa de supervivencia, haciéndose bandoleros al no poder retornar a sus haciendas originarias. Entre ellos, se destaca el ex ovejero y arriero Miguel Neira, que capitaneaba una numerosa banda  en la precordillera maulina, desde donde despojaba las haciendas de los monarquistas; se convirtió en aliado incondicional de Manuel Rodríguez y su ayuda fue de gran utilidad a Ramón Freire, tanto en su travesía desde Argentina como en la “Toma de Talca”, la noche del 11 de Febrero de 1817, horas antes de la “Batalla de Chacabuco”.
Con su cabeza puesta a precio por Marcó del Pont, buscado, pero jamás delatado por  peones e inquilinos, Neira, invencible “cuchillero”, coronel de “montoneras”, fue después fusilado en Talca, provocando el surgimiento y posterior desarrollo de “montoneras monarquistas”  (formadas por forajidos, desertores y ex milicianos “anti-patriotas”), comandadas por Vicente Benavides, los Hermanos Prieto y los Hermanos Pincheira.


 
7.- “PEWENCHE AUXILIAR DE MILICIAS”

       Entre los componentes de las “Milicias del Laja”, al mando de Bernardo O’Higgins, había gran cantidad de guerreros nativos, “Mapuches” y “Pewenches”, cuyos caciques se sumaron a la causa emancipacionista, más bien por el gran recuerdo que conservaban del Capitán General Ambrosio O’Higgins que por convicción.
El “Parlamento de Negrete”, firmado en 1793, garantizaba la plena soberanía aborigen sobre las tierras ancestrales, a cambio de la subordinación al rey de España; por lo tanto, los principales “lonkos” no estaban de acuerdo con el total  rompimiento con la Monarquía, al contrario, hacia 1820 se unieron a las montoneras de Benavides, entre otros, Katrileo, Mariluán y Mañi-Weñu. No obstante, los “lonkos” Lorenzo Kolipí y Venancio Koñuepán se pusieron bajo las órdenes de Ramón Freire.


8.- “HACHERO” o “LEÑADOR”      

       Los “hacheros” eran trabajadores dedicados a talar los bosques de la Zona Centro-Sur de Chile, para la construcción de viviendas, galpones, embarcaciones, puentes y otras obras públicas; también había muchos particulares, dedicados a la fabricación de carbón o al negocio de la leña, combustible indispensable en los hogares chilenos.
Su principal herramienta de trabajo era el hacha, que, pese a su peso, podía ser esgrimida con gran facilidad.
El término "hachero" es más empleado en la República Argentina, siendo escasamente usado en Chile. Esta denominación llegó con el "Ejército de Los Andes", en el que muchos voluntarios practicaban este oficio.
Durante las batallas de la emancipación, ellos  suministraban la leña para “cocinerías” y otros menesteres; debieron participar directamente en las contiendas, protegiendo la retaguardia y, en caso de retiradas forzadas; también acompañaron a las avanzadas de vanguardia, para abrir paso a las tropas entre los bosques y derribar a hachazos las fortificaciones enemigas de madera .
Muchos de ellos fueron reclutados como milicianos y, posteriormente, integraron las “montoneras”, usando su hacha como arma de combate, a falta del armamento adecuado.


         9.- “AUXILIAR DE ENFERMERÍA       
      
Gran número de mujeres, conocidas como “patricias”, debido a que no pertenecían a la servidumbre, por lo tanto, no eran muy aptas para la cocina y el aseo,  participaron entusiastamente en las batallas emancipacionistas, en calidad de “auxiliares de enfermería”, en los “hospitales de campaña”.

Su labor consistía en atender a los cuantiosos enfermos y heridos.
Generalmente permanecían en las casas habilitadas como hospitales, bajo la supervisión de médicos. Pero , en menor número, durante la marcha de los ejércitos, se trasladaban junto a la retaguardia, debiendo correr el riesgo de ser capturadas como rehenes o para desarrollar funciones similares en las filas enemigas.

"AUXILIAR DE ASEO"
Mujer encargada de limpiar los campamentos militares, durante las campañas de la "Patria Vieja" (1811-1814), en el período de la emancipación chilena.

2.- BOCETOS DEFINITIVOS (TELA)
"AGUATERO"

"PICANERO"
"LACERO"
"HONDERO"

"AUXILIAR DE RANCHO"

"CORVERO"
HACHERO


"PEWENCHE"

"AUXILIAR DE ASEO"
"AUXILIAR DE SALUD"
3.- ESTUDIOS DE COLOR

AGUATERO
PICANERO

LACERO

HONDERO

AUXILIAR DE RANCHO

CORVERO

PEWENCHE

HACHERO

AUXILIAR DE ASEO

AUXILIAR DE SALUD

5.- OBRAS TERMINADAS
Para ver las obras definitivas, pasar a la página:
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